Según la Dra. Aurora Guerra, Jefa de Sección Dermatología Hospital 12 Octubre Madrid, de cara a dar con la fórmula ideal, es importante distinguir entre cabellos enfermos (con problemas de cuero cabelludo) y sanos, que tan solo necesitan un champú de higiene ad hoc a las características de su fibra capilar (melena).
Medicina en forma de champú. Psoriasis, caspa, infecciones por hongos, dermatitis atópicas… Estos son solo algunos de los enemigos íntimos del cuero cabelludo. Si convives con alguno de ellos a diario, corre al dermatólogo y olvídate de champús de supermercado. Lo que necesitas es un champú de tratamiento (de venta en farmacias o centros especializados). Según la Dra. Guerra, lo ideal es empezar con una fórmula de este tipo y alternarla con una sencilla cuando se observe una mejoría. He aquí algunas de las "patologías" de cuero cabelludo más comunes.
Cuero cabelludo sensible. Se trata de una auténtica enfermedad que requiere de un tratamiento muy concreto; un champú extra-graso y fabricado a base de ingredientes anti-sensibilizantes y sustancias antiinflamatorias. Ah, es vital que no contengan aromas añadidos ni colorantes.
Cuero cabelludo con caspa. En estos casos lo que debemos esperar de nuestro champú de tratamiento es una ayuda. “Es importante saber que estas fórmulas no son curativas, es decir, que mantienen a raya el problema mientras se usan pero no lo eliminan”, asegura la Dra. Guerra. En estos casos, además de utilizar fórmulas anti-caspa, es recomendable acudir al dermatólogo para que realice un diagnóstico adecuado del problema.
Cuello cabelludo graso. La secreción de grasa no desaparece ni disminuye por acción de ningún champú, ya que se rige por impulsos hormonales. Sin embargo, existen fórmulas que pueden mantenerla a raya. Es el caso de los champús con activos astringentes.
Consejo: Para sacar todo el partido a tu champú de tratamiento, aplícalo una segunda vez sobre el cuero cabelludo y déjalo actuar de 5 a 7 minutos. Aclara después con abundante agua.
Champú de higiene. Si tu cuero cabelludo se encuentra en perfecto estado, necesitas un champú sencillo (sin aditivos farmacológicos de ningún tipo). Además de eliminar impurezas y suciedad, algunas fórmulas están diseñadas para mantener el cabello brillante, elástico y suave. Es el caso de los champús enriquecidos con siliconas, proteínas filmógenas, moléculas que alteran el color… Este tipo de fórmulas puede encontrarlas en los supermercados.
Cabello seco. Hazte con un champú formulado a base de grasas adicionadas.
Cabello encrespado. Apuesta por un champú con elementos alisadores.
Cabello lacio. Nos encantan las nuevas fórmulas voluminizadoras (ultra eficaces). Cabello estropeado. Apuesta por fórmulas a base de siliconas protectoras o queratinas.
Consejo: aunque las compres en el supermercado, apuesta siempre por firmas de prestigio.
Por cierto, según la Dra. Guerra después del uso de un champú de tratamiento o de higiene, no existe impedimento alguno para usar espumas, gominas, lacas…
Medicina en forma de champú. Psoriasis, caspa, infecciones por hongos, dermatitis atópicas… Estos son solo algunos de los enemigos íntimos del cuero cabelludo. Si convives con alguno de ellos a diario, corre al dermatólogo y olvídate de champús de supermercado. Lo que necesitas es un champú de tratamiento (de venta en farmacias o centros especializados). Según la Dra. Guerra, lo ideal es empezar con una fórmula de este tipo y alternarla con una sencilla cuando se observe una mejoría. He aquí algunas de las "patologías" de cuero cabelludo más comunes.
Cuero cabelludo sensible. Se trata de una auténtica enfermedad que requiere de un tratamiento muy concreto; un champú extra-graso y fabricado a base de ingredientes anti-sensibilizantes y sustancias antiinflamatorias. Ah, es vital que no contengan aromas añadidos ni colorantes.
Cuero cabelludo con caspa. En estos casos lo que debemos esperar de nuestro champú de tratamiento es una ayuda. “Es importante saber que estas fórmulas no son curativas, es decir, que mantienen a raya el problema mientras se usan pero no lo eliminan”, asegura la Dra. Guerra. En estos casos, además de utilizar fórmulas anti-caspa, es recomendable acudir al dermatólogo para que realice un diagnóstico adecuado del problema.
Cuello cabelludo graso. La secreción de grasa no desaparece ni disminuye por acción de ningún champú, ya que se rige por impulsos hormonales. Sin embargo, existen fórmulas que pueden mantenerla a raya. Es el caso de los champús con activos astringentes.
Consejo: Para sacar todo el partido a tu champú de tratamiento, aplícalo una segunda vez sobre el cuero cabelludo y déjalo actuar de 5 a 7 minutos. Aclara después con abundante agua.
Champú de higiene. Si tu cuero cabelludo se encuentra en perfecto estado, necesitas un champú sencillo (sin aditivos farmacológicos de ningún tipo). Además de eliminar impurezas y suciedad, algunas fórmulas están diseñadas para mantener el cabello brillante, elástico y suave. Es el caso de los champús enriquecidos con siliconas, proteínas filmógenas, moléculas que alteran el color… Este tipo de fórmulas puede encontrarlas en los supermercados.
Cabello seco. Hazte con un champú formulado a base de grasas adicionadas.
Cabello encrespado. Apuesta por un champú con elementos alisadores.
Cabello lacio. Nos encantan las nuevas fórmulas voluminizadoras (ultra eficaces). Cabello estropeado. Apuesta por fórmulas a base de siliconas protectoras o queratinas.
Consejo: aunque las compres en el supermercado, apuesta siempre por firmas de prestigio.
Por cierto, según la Dra. Guerra después del uso de un champú de tratamiento o de higiene, no existe impedimento alguno para usar espumas, gominas, lacas…
